La lingüística parece fría y dura en ocasiones, pero cuando se acompaña con mole y tortitas de camarón puede saber deliciosa.
Las alumnas del área teórica de la maestría nos demostraron que la cocina y los estudios de la lengua sí se llevan bien juntos, exponiendo como parte de su trabajo de campo sus habilidades culinarias.
Un día antes la visita al mercado no podía faltar: no sólo para llegar a comer en una de las fonditas, sino para realizar las compras de los ingredientes que se utilizarían para hacer de comer: desde los chiles del mole hasta las tunas del agua fresca.
El menú que nos tenían preparado incluía unas deliciosas tortitas de camarón con mole almendrado, este platillo es uno de los platillos más comunes y representativos de la tradición culinaria de la comunidad otomí de San Ildefonso, la opción vegetariana del menú incluía un fresco y saludable ceviche de setas, acompañado con aguacate y tostaditas, pero para no bajarse la comida a brincos, las alumnas se dieron a la tarea de hacer un agua fresca de tuna verde.
La invitada especial de la tarde fue la señora Anastacia Cruz, quien alegró la muestra cultural con sus artesanías típicas de San Ildefonso (y otras no tan típicas pero sí muy originales como llaveritos y plumas con muñequitas tradicionales), también estuvo presente la señora Cecilia (abuelita de nuestra compañera Cecilia Cota) quien amablemente se ofreció a ayudar en lo que se necesitara, y vaya que fue de gran ayuda, por lo que agradecemos muchísimo su apoyo y compañía.
Finalmente, luego de haberse agotado la comida preparada para nuestros visitantes, las alumnas y la señora Anastacia recibieron una constancia a modo de reconocimiento por su agradable participación en la Semana Cultural, esperando que el próximo año sigan mostrando un poco de nuestra propia cultura y, sobre todo, de la importancia del trabajo de campo para un área como la lingüística.
Las alumnas del área teórica de la maestría nos demostraron que la cocina y los estudios de la lengua sí se llevan bien juntos, exponiendo como parte de su trabajo de campo sus habilidades culinarias.
Un día antes la visita al mercado no podía faltar: no sólo para llegar a comer en una de las fonditas, sino para realizar las compras de los ingredientes que se utilizarían para hacer de comer: desde los chiles del mole hasta las tunas del agua fresca.
El menú que nos tenían preparado incluía unas deliciosas tortitas de camarón con mole almendrado, este platillo es uno de los platillos más comunes y representativos de la tradición culinaria de la comunidad otomí de San Ildefonso, la opción vegetariana del menú incluía un fresco y saludable ceviche de setas, acompañado con aguacate y tostaditas, pero para no bajarse la comida a brincos, las alumnas se dieron a la tarea de hacer un agua fresca de tuna verde.
La invitada especial de la tarde fue la señora Anastacia Cruz, quien alegró la muestra cultural con sus artesanías típicas de San Ildefonso (y otras no tan típicas pero sí muy originales como llaveritos y plumas con muñequitas tradicionales), también estuvo presente la señora Cecilia (abuelita de nuestra compañera Cecilia Cota) quien amablemente se ofreció a ayudar en lo que se necesitara, y vaya que fue de gran ayuda, por lo que agradecemos muchísimo su apoyo y compañía.
Finalmente, luego de haberse agotado la comida preparada para nuestros visitantes, las alumnas y la señora Anastacia recibieron una constancia a modo de reconocimiento por su agradable participación en la Semana Cultural, esperando que el próximo año sigan mostrando un poco de nuestra propia cultura y, sobre todo, de la importancia del trabajo de campo para un área como la lingüística.